Arterias

La madre le dice a Santiago:

- Hijo, déjese de chupar autitos que se le van a tapar las arterias.

La estatua de Diego Portales

Todos los días Diego espera su turno para cruzar la calle Ejército, los autos pasan y sus ocupantes lo miran haciéndole gestos de burla. No hay paso de cebra ni menos semáforo, si caminara algunos metros no tendría más que esperar la luz verde y mover las cañuelas, pero él prefiere esperar a mitad de cuadra.

A Diego siempre le gustó la música pero su familia, su padre específicamente, lo obligó a seguir con el negocio familiar y reparar televisores. Una tarde de mayo, cuando intentaba hacer funcionar una Bolocco decidió revelarse, soltó el alicate, los alambres de cobre, salió del taller y se plantó en la cuneta de Ejército para cruzar a inscribirse en la academia de música que está justo en frente. Lo que Diego nunca pensó es que le costaría más de 150 años para poder cruzar la calle, pero él ya había dejado atrás el tiempo en que arreglaba televisores, escribía constituciones y hacía caso en todo. Ahora se había revelado y no pensaba en caminar hasta la esquina de Ejército con Gorbea para esperar el verde del semáforo