29 noviembre, 2013

Sagrada Familia


Nos acordamos de ella en esta época, y en gran parte de las casas (creyentes o no) empiezan a aparecer bajo los árboles navideños José, María, el niño, los reyes magos y el extra disfrazado de pastor. Para mí la frase “Sagrada Familia” me recuerda más que eso o el nombre de una mala película chilena. Cuando tenía 12 años iba todos los sábados en la tarde a una capilla llamada “La Sagrada Familia” a prepararme para hacer la primera comunión. Ahí escuche que la familia es el pilar de la sociedad, que hay que cuidarla, que debe estar bien constituida y todas esas cosas de las que es muy fácil hablar desde un altar. Ya en la enseñanza media, estando en un colegio católico me hicieron caminar un par de kilómetros en una fiesta llamada la caminata por la familia, que creo se hace hasta el día de hoy en las calles de Maipú.

La iglesia católica se ha llenado la boca hablando de la familia y demonizando otras formas de vida (un cura le dijo a mi madre que vivía en pecado por no estar casada con mi padre). El tema es que en el sermón es súper fácil decirlo, porque cuando de verdad hay que protegerla, no con caminatas ni clases de catequesis, con hechos reales la cosa cambia.

La iglesia católica no dice nada en contra de las extensas jornadas laborales que impiden que los padres puedan pasar tiempo a diario con sus hijos, no dice nada en contra de un sistema de transporte que hurta los pocos tiempos libres de los que disponen las personas. Es muy fácil pregonar desde un altar, desde arriba. Es muy fácil estar en contra del divorcio cuando no se está casado con una mujer a la que sólo se ve al momento de acostarse exhausto después de pasar horas en la obra. 

Pero me imagino que es mucho más difícil decir esto en el sermón del día domingo en la Iglesia de San Carlos de Apoquindo, es más difícil meterle el dedo en la conciencia (si es que tienen) a los grandes empresarios. Es difícil estar en contra de un gobierno en un tema de real importancia y no en tonteras como la distribución de una pastilla.

De todas formas, estoy seguro de que este año, mi hermana pondrá sola el pesebre de la Sagrada Familia, mientras mi hermano, mi padre, mi madre y yo estamos trabajando. 

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